CDIAT Alzira ante la situación vivida por la amenaza y tragedia provocada por la DANA

Queremos empezar este escrito, uniéndonos al dolor de todos los que han perdido a sus seres queridos en estas inundaciones, y con mucho respeto, tener presentes a
todos los que más han sufrido por vivir en los pueblos afectados, perdiendo o no, sus pertenencias personales y comunitarias.

También vemos necesario compartir cómo ha vivido nuestro centro esta pesadilla que esperamos no volver a vivir.

El CDIAT Luis Suñer Sanchis, cuyo titular es La Nostra Veu Associació per la Diversitat Funcional, lleva casi 20 años atendiendo a niños y niñas entre 0 y 6 años con
discapacidad o riesgo de padecerla, acompañando a sus familias en una intervención global.

La entidad tiene su sede en Alzira, pero los usuarios también son de todos los pueblos de alrededor. Actualmente, en su mayoría, semanalmente, acompañamos 142
familias. De ellas, 15 viven en alguna de las poblaciones afectadas. Sin tener que lamentar perdidas humanas, sí que nos han pedido ayuda unos pocos que han
perdido casa y/o vehículo y muchos han subrayado dificultad de acceso, entre su domicilio y el centro.

Por otro lado, en nuestra plantilla de 10 profesionales, una de las compañeras, es la que ha sufrido más por vivir en Paiporta, uno de los municipios más castigados, pero
otra también es de Carlet donde se vivió una situación muy complicada, y con la que costó comunicarse los dos primeros días porque no tenían luz y no sabíamos en que
situación se encontraba.

Alzira, en esta ocasión no ha sufrido inundaciones, pero las fuertes lluvias torrenciales también han provocado algún desperfecto, En las instalaciones de nuestro centro a
causa de algunas goteras y filtraciones, una piedra interna se desplazo con un cierto riesgo que sin dificultad ya se ha subsanado. En contacto con otros centros de atención temprana, con entidades del sector de la discapacidad y con información social, pronto pudimos ser conocedoras de como colaborar a nivel personal y como entidad, y arrimar el hombro con nuestro granito de arena junto a miles de voluntarios y acciones solidarias que nos han conmovido a todos los valencianos por el cariño altruista recibido.

Hemos vivido una experiencia desgarradora con tensión, incertidumbre, angustia y preocupación. Hemos tenido que tomar decisiones rápidas, buscando el equilibrio
entre no correr riesgos y seguir ofreciendo servicio mientras no se nos indicara lo contrario. Contactando desde el principio con cada una de las familias para saber de
ellas y acompañarlos, en algunos casos a distancia por no tener otra opción.

La dirección general de personas con discapacidad se puso en contacto con nosotras el 31 de octubre y el 4 de noviembre para preocuparse del estado de las profesionales, de los usuarios y de las instalaciones, pero nos hubiera gustado contar con alguna notificación oficial previa para saber como proceder los días previos.

Ha sido difícil gestionar las emociones propias, de las compañeras y de las familias, intentando aportar la mayor normalidad posible, en honor a los que aún no la podían
vivir.

Todos nos hemos encontrado con una situación excepcional donde ha aparecido el miedo, la duda y la angustia, pero también la fortaleza, la solidaridad, la lucha por la
vida.

Las situaciones traumáticas dejan huella en nosotros de forma irremediable, pero queremos que prevalezca la serenidad y la esperanza para que unidos podamos seguir adelante y quedarnos con una enseñanza positiva que compartir con otros.

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